El Sufismo es una fuente de conocimiento, toda una filosofía de vida que está en los cimientos de todas las religiones, aunque discrepa de todas ellas.
Los cuentos se perciben con el corazón y no con la mente, no se trata de descifrar su significado, sino más bien de permitir que se produzca su efecto sutil cuando los leemos.Sus enseñanzas pueden ser seguidas por cualquier persona.
Todo lo que nos hace reflexionar refuerza nuestro espíritu.

jueves, septiembre 15

El bambú japonés

Imaginemos por unos instantes que somos unos sencillos agricultores japoneses. Una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego.

Quien cultiva la tierra no se detiene impaciente frente a la semilla sembrada, y grita con todas sus fuerzas: ¡Crece, maldita seas! 
Hay algo muy curioso que sucede con el bambú y que lo transforma en no apto para impacientes:
Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.
Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.
Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece ¡más de 30metros! ¿Tardó sólo seis semanas crecer?
No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.

Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.
Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.
Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta. Es cierto muchas veces nos desesperamos y abadonamos sin querer creernos que lo bueno está por llegar.
Es tarea difícil convencer al impaciente que sólo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado.
De igual manera es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo.
Y esto puede ser extremadamente frustrante.
En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptar que en tanto no bajemos los brazos -, ni abandonemos por no “ver” el resultado que esperamos-, si está sucediendo algo dentro nuestro: estamos creciendo, madurando.
Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice.
El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación.
Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros.
Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia.
Tiempo… Cómo nos cuestan las esperas, qué poco ejercitamos la paciencia en este mundo agitado en el que vivimos…

Aprendamos a ser pacientes como quien siembra bambú japonés.

Cuento Sufí

6 comentarios:

  1. german456_6@hotmail.comlunes, 09 enero, 2012

    Muy bonito y muy cierto! gracias por compartirlo.

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  2. Me alegro que te haya gustado... ¡gracias por tus palabras!

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  3. es verdad, los resultados los queremos para ayer, con el correr de los años aprendi, que si aplico tolerancia y paciencia, todo llega a su tiempo, hermoso cuento, namaste

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  4. Muy cierto Martuchi... hay una frase que me gusta mucho y tiene que ver con lo que dices. Mas o menos dice: "La paciencia es amarga pero sus frutos son dulces" :-)

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  5. La paciencia y la perseverancia aunada al amor( amar las cosas que hacemos) es la llave efectiva para lograr satisfactoriamente nuestras metas. Pero...hoy el ritmo acelerado de la tecnologia nos conlleva a una loca y desenfrenada carrera " contra el tiempo " y esa agonia de " robarle tiempo al tiempo " nos desvirtua de la esencia plena de vivir , aceleramos tanto nuestro ritmo de vida, por vivir , que morimos rapidamente por querer vivir. Paradojico eh?

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    1. Pues tendremos que aprender a darle su tiempo a cada cosa, caminar paso a paso y disfrutar de cada momento. Como bien dices, amar las cosas que hacemos... y hacer las cosas que amamos para amar cada instante de la vida ♥♥♥

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